miércoles, 7 de septiembre de 2011

Ulster Grand Prix, adrenalina entre setos


Para el recién llegado encontrar el UGP no es taréa facil. No hay letreros, ni indicaciones y tienes que ir ganando terreno a medida que los cruces te asaltan por las pequeñas carreteras comarcales del condado de Antrim. Parece casi que se tratara de una carrera furtiva y los organizadores hayan optado por mantener el perfil lo más bajo posible. Sigo a una moto (Yamaha R1 = Piloto sabe donde es) y a través de un estrechísimo pasaje que conduce a algunas granjas llegamos alucinados al parking principal. El paisaje se abre y aparece la pequeña grada principal, los puestos de comida y camisetas, y el bullicioso padock justo enfrente. Hay que esperar a que acabe la primera rodada matutina para que los comisarios nos den paso y a así poder cruzar la recta de salida y acceder al ajetreado corazón del UGP. 








Uno de los puntos de las Road Races es poder tener acceso sin ningún tipo de restricciones al padock y meter las narices donde quieras. Las Road Races no se pueden concebir sin la conexión que tienen pilotos y aficionados. A diferencia de MotoGp y otras carreras similares, donde los pilotos superstars viven en una burbuja permanete, en las RR los pilotos oficiales y privados comparten los mismos charcos y pueden ser abordados sin ningún tipo de complejos por los aficionados. 


El UGP es la Road Race más rápida del mundo. En ella siempre se han batido los records de velocidad de este tipo de carreras y el actual lo tiene Bruce Anstey (foto) que el año pasado se hizo con el título del corredor más rápido del mundo de RR con una marca de 133.977 mph, superando el record en posesión de Connor Cummins.


Rock&Roll a la puerta de la granja. Estos dos espectadores tienen el privilegio de que la carrera discurre a escasos metros de su granja. Quien pudiera. Sin embargo acceder hasta estos prados tampoco es muy dificil, entre las carreras la carretera por la que discurre la competición se abre al público para que andando te puedas situar en el lugar más apropiado. Un espectáculo de primera ver pasar a escasos metros de distancia a los pilotos. Cae un ligero calabobos, el asfalto rugoso agarra y nadie se corta lo más mínimo. Esencia de Road Races. 







William (arriba)  y Michael Dunlop en acción. En esta edición Michael voló sobre el circuito de Dundrod y se llevo el gato al agua al ganar en tres carreras, las dos de Supersport y la de Superstock. La foto de William la sacó el Edu, que ya apunta maneras. 

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